¿Por qué es importante el uso racional de los antibióticos?
Además de tener consecuencias médicas, el uso inapropiado de antibióticos también tiene un impacto económico. El gasto en antibióticos representa alrededor del 35% del presupuesto destinado para la salud, debido a la creciente resistencia antibiótica y a su mal uso, muchas veces motivado por la facilidad de acceso a ciertos medicamentos sin la necesidad de una receta médica.
Las consecuencias del uso inadecuado de antibióticos pueden llevar, entre otras cuestiones, al fracaso terapéutico, a la no curación, además de producir efectos adversos evitables que pueden involucrar el descontrol de las defensas inmunitarias.
Contrariamente a lo que se suele creer, un síntoma no necesariamente requiere de una respuesta inmediata cuando se trata de la primera consulta médica. El problema no es el síntoma sino el diagnóstico, es decir, la evaluación de diversos criterios para justificar una antibioterapia: los criterios clínicos, los biológicos y los bacteriológicos. Por lo que, la accesibilidad a la salud debe ser un objetivo.
En este sentido, en el año 2007, a partir de la resolución 1412, se creó la Comisión Nacional Asesora para el Uso Racional de Medicamentos con el objetivo de impulsar el uso racional y científicamente fundamentado de los medicamentos por parte de los dispensadores y consumidores y mejorar el acceso a los medicamentos esenciales.
Los obstáculos
Un profesional de la salud debe enfrentar diversos obstáculos a la hora de atender a un paciente como ser la creciente ausencia de la figura del Médico de cabecera -que, en Argentina, muchas personas todavía siguen teniendo dificultades para acceder a un profesional de la salud de referencia-, o la presión del paciente que exige ser tratado con los medicamentos que ve y/o lee en Internet o los medios masivos de comunicación y la publicidad.
Por otro lado, existen otros factores de tipo cultural, social y religioso que también influyen positiva o negativamente en la terapia racional de los medicamentos. El antibiótico ideal, que resulte más eficaz, menos tóxico, retarde el surgimiento de cepas resistentes, que sea de menor costo y de fácil administración, no existe.
A partir del análisis de las recomendaciones nacionales e internacionales concernientes al uso racional de antibióticos, y con el objetivo de cumplir con el marco legal correspondiente, hoy más que nunca nos comprometimos a informar a nuestros afiliados, sensibilizar a nuestros prescriptores y entramar todos los esfuerzos para adaptar nuestra institución y poder realizar un trabajo conjunto eficaz, seguro y racional.