Artritis reumatoidea: “enfrentar la enfermedad a tiempo es la clave para frenar su avance, evitar deformaciones y la discapacidad”
La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad inflamatoria sistémica autoinmune, caracterizada por una inflamación persistente de las articulaciones, que típicamente afecta a las pequeñas articulaciones de manos y pies, produciendo su destrucción progresiva y generando distintos grados de deformidad e incapacidad funcional.
Los efectos “destructivos” de la artritis recién se hacen evidentes para el paciente luego de un período de, por lo menos, 5 años. Sin embargo, ese proceso se desarrolla de forma lenta y temprana desde el inicio de la enfermedad, momento en el cual se presentan más oportunidades de mejorar su pronóstico.
¿Cuáles son los síntomas a los que debemos prestar atención?
Los síntomas se van instalando de a poco y, si bien al principio solo comprometen manos y pies, con el tiempo también pueden afectarse otras articulaciones de forma persistente y progresiva, tales como rodillas, tobillos y codos.
Algunos de los síntomas a los cuales debemos prestar atención son:
- – Dolor articular.
- – Cansancio.
- – Fiebre.
- – Inflamación articular.
- – Rigidez articular.
- – Dolor de cuello.
- – Hormigueo en las manos y los pies.
- – Dolor en el pecho.
- – Depresión: debido al dolor propio de la enfermedad y a las restricciones que produce.
En caso de presentar algunos o varios de los síntomas mencionados, es fundamental acudir a un especialista para realizarse los estudios correspondientes. Enfrentar la enfermedad a tiempo es la clave para frenar su avance, evitar deformaciones y la discapacidad.
¿Cómo es el tratamiento?
Para el tratamiento de esta enfermedad, es fundamental acudir a un médico especialista que conozca las condiciones generales de la persona afectada, evalúe las condiciones clínicas y, de esta forma, pueda elegir el método que mejor se ajusta a sus necesidades. Es de vital importancia que la comunicación médico-paciente sea constante y efectiva.
La familia es un factor determinante para que el paciente logre superar de la mejor manera esta situación. Además de acompañar al paciente en las consultas y visitas al hospital, es importante que lo comprendan, apoyen y motiven para que pueda salir adelante.