Semana del parto respetado: ¿Cómo es un parto respetado en tiempos de COVID-19?
La pandemia por coronavirus generó una serie de interrogantes al momento de pensar en el parto para aquellas mujeres que se encuentran en cursando un embarazo. El miedo al contagio del propio cuerpo y el del niño por nacer, la angustia que genera el contexto que estamos viviendo y los nuevos protocolos de atención médica perinatales son algunas de las consultas más recurrentes. Desde OSPEDYC respondemos estas consultas para llevar información y tranquilidad a la comunidad.
¿Las embarazadas tienen mayor riesgo de contagio?
Existen datos escasos sobre el impacto del coronavirus durante el embarazo y los riesgos de padecer un cuadro grave de la enfermedad son similares a los de la población no gestante.
Los estudios sobre embarazadas afectadas con COVID-19 en China no han demostrado transmisión vertical por la placenta, tampoco transmisión por secreciones vaginales ni por leche materna (SARS-CoV-2). Tampoco está comprobada la existencia de una relación directa entre el COVID-19 y el parto prematuro.
Los derechos en pandemia también se respetan
De acuerdo a recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sistema sanitario debe garantizar un parto humanizado y respetar los tiempos de gestación. La atención de mujeres gestantes infectadas no es un motivo para recomendar la realización de cesáreas, tampoco para la supresión de la lactancia materna, cuyo valor nutricional es fundamental para la salud y el correcto desarrollo del recién nacido.
Uno de los derechos fundamentales de las mujeres, tiene que ver con la posibilidad de permanecer junto a su hijo o hija durante su estadía en el establecimiento sanitario, siempre y cuando las condiciones de salud de ambos estén dadas. El contacto inmediato del niño con su madre en el momento del nacimiento no aumenta el riesgo de contagio para el recién nacido, por lo que debería respetarse como en cualquier parto llevado a cabo en condiciones normales.
¿Cómo abordar los chequeos y cuidados?
Los controles médicos y chequeos de rutina de las mujeres embarazadas deberán cumplirse siempre. También aquellas mujeres que hayan dado a luz recientemente, incluidas aquellas afectadas por COVID-19.
Según el protocolo de atención médica, tendrán prioridad las pacientes que presenten síntomas y, en el caso de que resulten infectadas, deberán recibir atención especializada. Es importante destacar que ni las madres ni los niños asintomáticos requieren de la realización de estudios virológicos de rutina.
Las embarazadas deben tomar las mismas precauciones que el resto de la población para evitar el contagio:
– Lavarse las manos con frecuencia con un desinfectante de manos a base de alcohol o con agua y jabón.
– Mantener distancia física con las demás personas.
– Evitar lugares concurridos.
– Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.
– Cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo al toser o estornudar.
– Utilizar barbijo o tapabocas en espacios públicos.
– En caso de presentar fiebre, tos o dificultad para respirar, se deberá buscar asistencia médica según las instrucciones de las autoridades locales.
El contexto de pandemia no debería ser un motivo para que la experiencia de un parto respetado y seguro no sea positiva tanto para la madre como para el niño. Los trabajadores de la salud deberán tomar todas las precauciones para reducir su riesgo de infección y el de terceros.
Muchas mujeres que tienen que afrontar un parto durante la pandemia, se ven obligadas a prescindir del sostén de sus familiares y amigos, es por ello que, para nuestra obra social, es de suma importancia que las futuras madres puedan contar con el apoyo y la contención de los profesionales de la salud y del personal sanitario que las asiste.