Qué hacer ante un ahogamiento y cómo evitar este tipo de situaciones
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ahogamientos son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo, suponen un 7% de todas las muertes relacionadas con traumatismos.
El riesgo de ahogamiento es mayor en personas de entre 1 y 15 años; y representa la segunda causa de muerte en nuestro país, detrás de los accidentes viales. Generalmente en piscinas de clubes o familiares los más afectados son los menores de 5 años, aún con la presencia más o menos cercana de adultos.
Los preadolescentes y adolescentes se ahogan generalmente en aguas oscuras en movimiento (incluso algunos que nadan aceptablemente). Las causas primarias y generales de los ahogamientos son: el incumplimiento parcial y a veces casi total de las pautas de seguridad.
Prevención de ahogamiento en aguas claras sin movimiento
Comprenden piscinas, bañeras familiares para niños y adultos, tanques australianos, diversos recipientes donde pueda introducirse un niño. Desde OSPEDYC recomendamos:
1. Incentivar la enseñanza de la natación a partir de los 4 años.
2. Proporción segura entre número de cuidadores y niños:
– Lactantes: 1 cuidador por cada lactante.
– De 1 a 2 años: 1 cuidador cada 2 menores.
– De 2 a 3 años: 1 cuidador cada 3 niños.
– Luego de los 4 años: de acuerdo al grado de aprendizaje de la natación que tengan los niños.
Para que una pileta sea completamente segura, debe reunir ciertos requisitos:
– Cerco perimetral completo de 1,30 m de alto como mínimo, enterizo o con barrotes verticales separados por una distancia máxima de 10 cm (jamás barrotes transversales que faciliten el “efecto escalera”).
– El cerco debe tener una puerta única con un mecanismo de apertura-cierre no accionable por niños pequeños.
– No dejar mesas, sillas o reposeras próximas al cerco, que faciliten su escalamiento.
– Los “cobertores de piscina” de material rígido o flexible, manuales o automáticos, no excluyen en absoluto la presencia del cerco (se usan muy poco en nuestro país).
– Los bordes y el piso de la piscina deben ser de material antideslizante.
– Las escalinatas de acceso deben ser de poca pendiente y tener escalones anchos, rectos, con baranda al menos de un lado y piso antideslizante.
– Las piletas “inflables” o “desarmables” que no cuenten con cerco deben ser siempre vaciadas totalmente luego de su uso diario.
– El modelo de chalecos universalmente más aceptado posee las siguientes características: Material enterizo de alta flotabilidad, formato de chaleco, con abertura anterior, abertura anterior con 3 broches de seguridad, como mínimo y correa inextensible que une la parte anterior con la posterior del chaleco, pasando por la ingle del niño y asegurada con broche de seguridad.
Eludir accidentes en aguas oscuras con movimientos
Comprenden arroyos, ríos, lagos y mar. Los riesgos de ahogamiento en estos casos ocurren por:
– No se tiene visión directa del cuerpo.
– La visión de la cabeza, está sujeta al oleaje, marejada o eventual lluvia.
– Percibir o advertir signos de agotamiento o dificultades físicas es prácticamente imposible.
– Recibir pedidos verbales de auxilio, depende del viento, oleaje, ruido de la embarcación, etc.
– Recordar que con la primera bocanada de agua que traga, el niño ya queda generalmente imposibilitado de gritar por auxilio.
– Desaparecido de la superficie, un niño pequeño difícilmente pueda re-emerger con un esfuerzo y de esta manera se pierde contacto visual con él.
Algunas recomendaciones:
– Gorras de colores claros, vivos, mejor si son fluorescentes.
– Ante la caída accidental o naufragio en aguas oscuras deben sacarse inmediatamente: zapatos, pantalones (ambos sexos) y pulóveres o camperas.
– Limitarse a “flotar” y concentrarse en pensar cuál puede ser la mejor manera de pedir socorro: verbal, gestual.
¿Cómo ayudar a una persona que se encuentra en una situación de ahogamiento?
Desde OSPEDYC señalamos los pasos a seguir, en caso de encontrar a otra persona en una situación de ahogamiento:
– Solicitar ayuda de inmediato (grite si no hay nadie cerca), solicite a quien esté cerca que consiga un DEA (cardiodesfibrilador) y llame al 107 (servicio de emergencias médicas).
– Revise su boca para corroborar que no exista algún elemento extraño y que esté bloqueando las vías respiratorias.
– Retire al niño o adulto del agua e inicie de inmediato el masaje cardíaco. No se dé por vencido(a) muy pronto, la recuperación de la respiración y latido cardíaco puede requerir varios minutos de reanimación.
– Es posible que el afectado vomite durante las maniobras de reanimación, por lo tanto, rote el cuerpo o lateralice la cabeza hacia un costado.
– Mantenga las maniobras de reanimación si el niño o el adulto no reacciona, hasta entregarlo al médico.
– Cubra al paciente con alguna frazada para mantener la temperatura corporal.
Asimismo, y para una correcta realización de las maniobras de RCP, desde OSPEDYC aconsejamos:
– Asegurarse que la víctima esté tendida de espaldas y sobre una superficie firme y plana.
– Retirar su ropa para dejar el pecho descubierto.
– Colocarse de rodillas de manera perpendicular al cuerpo de la víctima, ubicar la base de una mano en el centro del pecho (sobre la mitad inferior del esternón) y la otra por encima de la primera.
– Con los brazos firmes y sin flexionar los codos, comenzar a realizar compresiones con fuerza, rápidamente y de forma constante (el ritmo y frecuencia debe ser entre 100 y 120 compresiones por minuto).
– Dejar que el tórax vuelva a su posición normal, y realizar las compresiones hasta que la víctima se recupere, o hasta la llegada de la ambulancia.
– Realizar desfibrilación precoz.
En caso de que la persona ahogada se haya recuperado, se la debe tranquilizar hasta que llegue la ayuda médica solicitada con anterioridad, la cual debe administrar oxígeno suplementario para ayudar a mejorar la capacidad respiratoria.
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