La importancia de la manipulación correcta de los alimentos
La higiene en la manipulación de los alimentos es fundamental para prevenir enfermedades e infecciones de origen alimentario, muchas de las cuales pueden generar complicaciones graves si no se toman las precauciones necesarias. Bacterias como salmonella, escherichia coli y listeria pueden encontrarse en alimentos mal lavados, mal cocidos o contaminados durante su preparación, aumentando el riesgo de intoxicaciones y problemas gastrointestinales. Por eso, prestar atención a las prácticas de higiene en casa es fundamental para garantizar la seguridad de lo que consumimos.
Más de 200 enfermedades se producen a causa de alimentos contaminados: 1 de cada 10 personas en el mundo -cerca de 600 millones anualmente- padece una de estas enfermedades después de comer alimentos contaminados; y casi 420.000 mueren al año por esta misma causa, detalló la Organización Mundial de la Salud (OMS). También se informó que casi un tercio de todas las muertes por enfermedades de transmisión alimentaria se producen en niños menores de 5 años.
Para reducir estos riesgos, se recomiendan hábitos fundamentales como lavarse bien las manos antes y después de manipular alimentos, desinfectar frutas y verduras con agua potable y evitar la contaminación cruzada separando alimentos crudos de los cocidos.
Además, es importante conservar los productos a temperaturas adecuadas para evitar la proliferación de microorganismos; por ejemplo, los alimentos perecederos deben refrigerarse a menos de 5 °C y los platos calientes mantenerse por encima de los 60 °C hasta su consumo. También es importante asegurarse de que carnes, huevos y pescados estén bien cocidos antes de ingerirlos.
Recomendaciones de prevención:
– Lavarse bien las manos.
– Comer verduras varias y rotar el lugar donde se realizan las compras.
– Lavar los vegetales antes de consumirlos. En el caso de tener cáscara, cepillarlos para limpiarlos.
– Mantener los alimentos bajo temperaturas adecuadas de conservación.
– Cocer de manera suficiente los alimentos.
– No utilizar los mismos utensilios y tablas para cortar o manipular alimentos cocidos y crudos.
– Evitar comer en puestos callejeros.
– Utilizar agua y materias primas seguras.
Implementar estas buenas prácticas en la cocina no solo previene enfermedades, sino que también promueve hábitos más seguros y responsables con la alimentación. La higiene alimentaria no debe tomarse a la ligera, ya que pequeñas acciones cotidianas pueden marcar la diferencia entre una comida segura y un riesgo para la salud.
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