La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) junto a la Federación Internacional de Alzheimer establecieron el mes de septiembre como el mes del alzheimer, con el objetivo de informar sobre la enfermedad, llamar la atención a las naciones debido a la falta de una política, estrategia o plan nacional de apoyo a las personas con demencia y sus familias, ya que solo una cuarta parte de los países cumple con esta capacitación. Lo que evidencia la necesidad de un compromiso renovado por parte de los gobiernos.
El alzheimer es un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas. Se trata de la causa más común de demencia, abarcando entre un 60% y un 70% de los casos y tiene como consecuencia la disminución continua de las habilidades del pensamiento y del comportamiento, alterando la capacidad de una persona para funcionar de manera independiente.
Se calcula que a nivel mundial más de 55 millones de personas (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con demencia. La tendencia indica que esta cifra aumentará a 82 millones para 2030 y a 152 millones para 2050. Además, se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento.
En la mayoría de las personas se origina a partir de una combinación de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida que afectan el cerebro a lo largo del tiempo.
Primeros signos
El síntoma temprano más común del alzheimer es la dificultad para recordar información recién aprendida. Este tipo de demencia suele presentarse en tres etapas:
– La primera se desarrolla aproximadamente durante tres años, en ella se observa un paulatino deterioro en la memoria episódica, la persona olvida eventos recientes, no importa que hayan pasado 10, 15 o 20 minutos de un hecho determinado.
– En la segunda etapa, todos los aspectos de la memoria empiezan progresivamente a fallar. Comienzan a surgir problemas de lenguaje (afasia), de funciones aprendidas (apraxia) y de reconocimiento (agnosia).
– Finalmente, en la tercera etapa, se presenta una amplia y marcada afectación de todas y cada una de las facultades intelectuales. Los síntomas cerebrales se agravan, acentuándose la rigidez muscular, así como la resistencia al cambio postural. Pueden aparecer temblores y crisis epilépticas.
Es muy importante que la sociedad comprenda cuáles son esos primeros signos que aparecen y entender que una consulta médica a tiempo permite una detección temprana de la patología, y hace que la persona pueda recibir un tratamiento que retarde la disminución de sus capacidades, ya que aún no hay cura definitiva para esta enfermedad y permite preparar mejor a quienes serán sus cuidadores.
Tratamiento
En la actualidad no existe tratamiento o cura para esta enfermedad. No obstante, para disminuir el riesgo de padecerla se recomienda realizar actividad física y llevar a cabo una dieta saludable baja en grasa, comer frutas y verduras, así como consumir cereales enteros.
Una vez que aparecen los primeros síntomas, los pacientes van degenerando y se van volviendo más dependientes, de forma que hay que ayudarlos para vestirse, asearse, comer. Poco a poco se harán imprescindibles los cuidados permanentes de un cuidador. El alzheimer no solo afecta al enfermo sino a sus familiares y entorno, ya que es muy duro ver el deterioro de una persona querida.
Hábitos para reducir la presencia del alzheimer
Si bien en la mayoría de las personas se origina por una combinación de factores, alguno de ellos no modificables, como la edad o la genética, existen ciertos hábitos saludables que podrían reducir la presencia de este tipo de demencia, como por ejemplo:
– Realizar actividad física periódicamente.
– Consumir una dieta saludable.
– Controlar la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto.
– Dejar de fumar.
– Evitar el uso nocivo del alcohol.
– Seguir aprendiendo y desafiar al cerebro.
– Mantenerse sociable.
Otros factores de riesgo potencialmente modificables son la depresión y el bajo nivel educativo.
Si una persona tiene a alguien cercano con la enfermedad de alzheimer o conoce a alguien que sea el cuidador principal de esa persona es importante ofrecer ayuda, ya que esta enfermedad es muy exigente tanto para la persona que la padece como para su entorno.
Todos los contenidos compartidos en el blog de salud de la web de OSPEDYC son de producción propia utilizando como fuente al Ministerio de Salud de la Nación Argentina, a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y/o la página UpToDate.