Gracias a los controles ginecológicos el cáncer de cuello uterino es altamente prevenible
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de cuello uterino es el cuarto cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial, con un estimado de 604.000 casos nuevos y 342.000 muertes en el año 2020.
Este tipo de cáncer se origina en las células del cuello del útero (porción final e inferior del mismo). Se forma, por lo general, de manera lenta a lo largo del tiempo, dado que las células sufren ciertos cambios conocidos como displasia y se convierten en células anormales; si dichas células no se destruyen o se extraen, es posible que se vuelvan cancerosas, se multipliquen y se diseminen, dando lugar al cáncer.
La alteración de las células es causada por algunos tipos de VPH (Virus de Papiloma Humano). Este virus afecta tanto a varones como a mujeres y se transmite por contacto sexual. Se estima que 8 de cada 10 personas lo tendrán en algún momento de sus vidas. En la mayoría de los casos, el virus desaparece sin causar síntomas.
El tiempo estimado, desde que se produce una lesión hasta que se desarrolla un cáncer en el cuello del útero, es entre 10 y 20 años. Por este motivo el cáncer de cuello de útero es una enfermedad altamente prevenible.
Factores de riesgo
Dentro de los factores de riesgo, se destacan algunos factores que incrementan la exposición al VPH como:
– Ser sexualmente activo a una edad temprana (menores de 18 años)
– No utilizar barreras de protección.
Un factor de riesgo no menor es el tabaquismo. Las mujeres que fuman tienen el doble de probabilidades de padecer cáncer de cuello uterino en comparación con las no fumadoras.
¿Cómo prevenirlo?
Con el objetivo de reducir en un 80% la incidencia y mortalidad de esta enfermedad, se realizan pruebas, como el PAP (Prueba de Papanicolau), que permiten detectar la presencia del VPH y la alteración de las células.
Asimismo, se recomienda que la mayoría de las mujeres se hagan los exámenes de detección de forma periódica, según indicación de su médico, con la guía general de PAP y colposcopia anual a partir de su primera relación sexual hasta los 65 años, con controles periódicos posteriores.
Otro método de prevención es la vacunación. En Argentina, la vacuna es gratuita y obligatoria para los niños y las niñas de 11 años. Consta de dos dosis separadas que se aplican con un intervalo mínimo de 6 meses. El Calendario Nacional de Vacunación establece que todas las niñas nacidas después del 2000 y todos los varones nacidos después del 2006 deben recibir la vacuna a los 11 años, con el fin de prevenir esta enfermedad.
Es fundamental profundizar las acciones de concientización y brindar información sobre la importancia de realizarse controles ginecológicos periódicos, ya que el cáncer de cuello uterino tiene cura si se diagnostica en una etapa temprana y se trata de inmediato. Por este motivo es importante hacer foco en la prevención para evitar llegar a la enfermedad.
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