En Argentina 1 de cada 3 personas presenta un problema de salud mental a partir de los 20 años
La Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina a la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Por otra parte, en Argentina, la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 define a la salud mental como: un proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina 1 de cada 3 personas presenta un problema de salud mental a partir de los 20 años. Las problemáticas más frecuentes son los trastornos de ansiedad, el estado de ánimo y los problemas por consumo de sustancias.
¿Cómo podemos promover y prevenir las afecciones de salud mental?
Las intervenciones de promoción y prevención se centran en identificar los determinantes individuales, sociales y estructurales de la salud mental para luego intervenir a fin de reducir los riesgos, aumentar la resiliencia y crear entornos favorables para la salud mental. Pueden ir dirigidas a individuos, grupos específicos o poblaciones enteras.
Actuar sobre los determinantes de la salud mental requiere, a veces, adoptar medidas en distintos sectores de la salud, por lo que los programas de promoción y prevención deben involucrar a los sectores responsables de educación, trabajo, justicia, transporte, medio ambiente, vivienda y protección social. El área de la salud puede contribuir de modo significativo integrando los esfuerzos de promoción y prevención en los servicios de salud, facilitando la colaboración y la coordinación multisectorial.
La prevención del suicidio es una prioridad mundial y forma parte de los objetivos de desarrollo sostenible. Algunas medidas permitirían avanzar considerablemente al respecto, como: limitar el acceso a los medios de suicidio, fomentar una cobertura mediática responsable, promover el aprendizaje socioemocional en los adolescentes y favorecer la intervención temprana. Por ejemplo, prohibir los plaguicidas muy peligrosos es una intervención particularmente económica y rentable para reducir las tasas de suicidio.
La promoción de la salud mental de los niños y adolescentes es otra prioridad que puede lograrse mediante políticas y leyes que promuevan y protejan la salud mental, apoyando a los cuidadores para que ofrezcan un cuidado cariñoso, poniendo en marcha programas escolares y mejorando la calidad de los entornos comunitarios. Los programas de aprendizaje socioemocional en las escuelas son de las estrategias de promoción más eficaces para cualquier país, independientemente de su nivel de ingresos.
A su vez, la promoción y protección de la salud mental en el trabajo es una esfera de interés creciente, que puede favorecerse mediante la legislación y la reglamentación, estrategias organizacionales, capacitación de gerentes e intervenciones dirigidas a los trabajadores.
Tratamientos
Los tratamientos para los problemas de salud mental incluyen: psicoterapia y medicación. Un tipo de psicoterapia común es la terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés). En relación con la medicación, existen diversos medicamentos para tratar las diferentes condiciones mentales. Muchas personas no responden de la misma manera a los medicamentos, es por ello que, los médicos deben asegurarse de que el fármaco y la dosis sea la adecuada para cada individuo.La psicoterapia y la medicación no son los únicos tratamientos que pueden ayudar a tratar la salud mental. Tanto niños como adultos pueden aprender estrategias para manejar el estrés y las emociones difíciles. Trabajar en los desafíos de comportamiento y de aprendizaje puede generar una actitud más favorable. Algunas recomendaciones a tener en cuenta son:
– Prestar atención a los pensamientos y emociones.
– Disfrutar de la experiencia de cada momento.
– Aprovechar las relaciones significativas y el apoyo espiritual, ya que dar y recibir afecto y apoyo hacen más fuerte a la persona.
– Mantener hábitos saludables puede tener un impacto positivo en la salud física y mental.
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