Claves para mejorar los hábitos alimenticios en los jóvenes y fomentar el uso responsable de las pantallas
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud con el fin de hacer un llamado a los gobiernos del mundo y la comunidad internacional a preocuparse y abocarse a trabajar ante el presente de la población juvenil de sus regiones.
Esta iniciativa global se concentra en acciones tendientes a fortalecer la capacidad de los países de alentar y respaldar a sus jóvenes (población entre 15 y 24 años) para aumentar sus oportunidades de participar de manera plena, efectiva y constructiva en la vida de la sociedad.
Los jóvenes del mundo enfrentan diversos desafíos desde laborales y educativos hasta de salubridad e higiene. Ante esto, debemos enfocarnos en los hábitos de la juventud en cuanto a la alimentación, el ejercicio y el uso de pantallas, temas centrales en la vida de los jóvenes de hoy.
La vorágine a la cual están sometidos los jóvenes muchas veces lleva a que su alimentación no sea la más adecuada. No se consideran alimentos ricos en nutrientes y, en su lugar, se opta por comidas rápidas, fritas, o que no aportan nutrientes. Esto no sólo origina problemas a corto plazo, sino que a largo plazo también se notan consecuencias tales como sobrepeso, obesidad, colesterol elevado, problemas gastrointestinales, etc.
Algunos hábitos que pueden contribuir a una mejor alimentación son:
– Programar la alimentación de toda la semana para no dejar lugar a almuerzos o cenas imprevistas.
– Tomar agua. Se aconseja dos litros diarios.
– Desalentar el consumo de bebidas azucaradas.
– Realizar 4 comidas diarias y dos colaciones para evitar el picoteo.
– Incorporar frutas y/o verduras.
– Involucrar a los jóvenes en la selección y en la preparación de las comidas y enseñarles a realizar elecciones sanas dándoles la oportunidad de seleccionar comidas de acuerdo al valor nutricional.
Los hábitos alimenticios se complementan con la actividad física, la cual se aconseja en todas las etapas de la vida, aunque con distinta intensidad y carga horaria de acuerdo al grupo etario del cual nos encontramos hablando.
En el caso de los jóvenes, se aconseja:
– Realizar actividad física al menos 3 veces por semana.
– Fomentar el ejercicio al aire libre para evitar el sedentarismo.
– Buscar actividades en grupo, deportes que disfruten y puedan practicar con regularidad.
– Realizar actividades aeróbicas y de musculación con evaluación previa de su médico de cabecera, quien le dirá qué tipo de ejercicio es mejor para cada paciente.
En cuanto a las pantallas, podemos decir que los jóvenes poseen independencia en el consumo de contenidos en línea y generan e intercambian información de acuerdo a sus emociones, necesidades e intereses. Ahora, si bien la juventud es una etapa de independencia y de crecimiento, donde ya no son niños, los adultos deben igualmente involucrarse y educarlos acerca del derecho a la privacidad y la prevención de riesgos como cyberbullying, grooming, retos peligrosos, alteraciones de la percepción de su imagen, comportamientos problemáticos, exposición a contenidos inapropiados, falsos, patrocinados y/o extremos.
Especialistas en el área han identificado consejos útiles para el uso saludable de dispositivos:
– Establecer límites coherentes acerca de las horas de uso de las pantallas, así como en los tipos de pantallas utilizadas y es de mucha ayuda, controlar el tiempo con pantallas.
– Evitar el uso de dispositivos o pantallas durante 1 hora antes de acostarse y la presencia de dispositivos en sus dormitorios.
– Desalentar la multitarea, evitar los contenidos de entretenimiento mientras realiza las tareas académicas o laborales.
– Prevenir su uso durante las comidas principales.
– Colocar los dispositivos en lugares de uso común.
– Participar en actividades familiares que promuevan el bienestar, como deportes, lectura y encuentros sociales.
– Reconocer los riesgos vinculados a diferentes hábitos de consumo y las consecuencias que estos provocan: sobrepeso, obesidad, alteraciones del sueño, afecciones psicológicas, irritabilidad, poca tolerancia a la frustración, alteraciones cognitivas, de la memoria y la atención, hiperactividad, bajo rendimiento académico y comportamientos problemáticos.
– Hablar con los jóvenes sobre la ciudadanía digital y su seguridad en internet.
Es fundamental que aprendan a tratar a los demás con respeto en las interacciones en línea, a evitar y reconocer el acoso cibernético y el sexting, a no interactuar con extraños y a preservar la privacidad propia y la de terceros; así como también proporcionar un espacio de confianza y de diálogo para que puedan solicitar ayuda en el caso de estar expuestos a situaciones de riesgo.
Asimismo, es importante que los adultos responsables puedan informarse y educarse en aspectos digitales y tecnológicos para poder acompañar a los jóvenes y lograr paulatinamente autonomía y adquirir habilidades de uso crítico y saludable.
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