¿Qué es la ELA?
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA), es un trastorno neurodegenerativo implacablemente progresivo y actualmente incurable que causa debilidad muscular y discapacidad. También se conoce como enfermedad de Lou Gehrig, en honor al famoso jugador de béisbol de los Yankees de Nueva York que fue afectado por el trastorno. Tiene una incidencia anual de uno a tres casos por cada 100.000 personas.
La ELA a menudo comienza con fasciculaciones musculares y debilidad en una extremidad o dificultad para hablar. Eventualmente, la ELA afecta el control de los músculos necesarios para moverse, hablar, comer y respirar.
Los signos y síntomas de la ELA varían mucho de una persona a otra, según qué neuronas estén afectadas. Algunos de ellos son:
– Dificultad para caminar o realizar actividades diarias normales.
– Tropezones y caídas.
– Debilidad en las piernas, los pies o los tobillos.
– Debilidad o torpeza en las manos.
– Dificultad para hablar o problemas para tragar.
– Calambres musculares y espasmos en brazos, hombros y lengua.
– Llanto, risa o bostezos inapropiados.
– Cambios cognitivos y de comportamiento.
Con frecuencia comienza en las manos, los pies o las extremidades y luego se extiende a otras partes del cuerpo. A medida que la enfermedad avanza y las células nerviosas se destruyen, los músculos se debilitan. Esto eventualmente afecta la masticación, la deglución, el habla y la respiración. Generalmente no hay dolor en los estadios tempranos y es poco común en los estadios avanzados.
Causas y factores de riesgo
La enfermedad afecta las células nerviosas que controlan los movimientos voluntarios de los músculos, las neuronas motoras se deterioran gradualmente y dejan de enviar mensajes a los músculos, por lo que éstos no pueden funcionar.
La ELA se hereda en el 5 % al 10 % de las personas. En el resto de los casos, se cree que es una combinación entre factores genéticos y ambientales.
En cuanto a factores de riesgo, la posibilidad de sufrirla aumenta con la edad, y es más común entre los 40 y mediados de los 60 años. Antes de los 65 años, la esclerosis lateral amiotrófica es un poco más común en hombres que en mujeres, pero esta diferencia de sexo desaparece después de los 70 años. El tabaquismo es el único factor de riesgo ambiental probable de la esclerosis lateral amiotrófica. Por último, también puede afectar la exposición a toxinas ambientales.
Tratamientos
Si bien los tratamientos existentes no pueden revertir el daño de la esclerosis lateral amiotrófica, se puede retrasar la progresión de los síntomas, evitar complicaciones y hacer al paciente sentirse más cómodo e independiente.