Qué es la Esclerosis Lateral Amiotrófica y cuáles son sus síntomas iniciales
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), a menudo conocida como la “enfermedad de Lou Gehrig”, es una condición neurodegenerativa que afecta a las células nerviosas del cerebro y de la médula espinal, causando una pérdida progresiva de la función muscular. La ELA afecta la capacidad del cerebro para iniciar y controlar el movimiento de los músculos, eventualmente llevando a la parálisis.
Síntomas y diagnóstico:
Los síntomas iniciales pueden incluir debilidad muscular en brazos y piernas, dificultades en el habla, la deglución o en la respiración. El diagnóstico se basa en la sintomatología del paciente y en pruebas como la electromiografía, aunque puede ser necesario descartar otras enfermedades con exámenes adicionales.
Causas y factores de riesgo:
Aunque las causas exactas aún no se comprenden completamente, factores genéticos, exposición al tabaco, deficiencia de vitamina D y ciertas infecciones virales como la mononucleosis, se han relacionado con un mayor riesgo de ELA.
Cuando los músculos dejan de recibir los mensajes de las neuronas motoras que requieren para funcionar, se empiezan a atrofiar, es decir, se vuelven más pequeños. Las extremidades se empiezan a ver más “delgadas”, a medida que se atrofia el tejido muscular.
Existen muchas enfermedades cuyos síntomas son similares a los observados en la ELA como la artrosis cervical o hernias cervicales que comprimen la médula espinal, intoxicación por metales pesados (plomo por ejemplo), algunas enfermedades infecciosas como la borreliosis y sífilis, tumores, hipertiroidismo, etc.
En ocasiones, es necesario descartar estas enfermedades con análisis sanguíneos o del líquido cefalorraquídeo (punción lumbar) y resonancia magnética cerebral y cervical.
En situaciones excepcionales,y cuando aún persisten dudas sobre el diagnóstico de esta enfermedad, se requiere realizar una biopsia muscular para confirmarlo.
Tratamiento:
Actualmente, no existe cura para la ELA, pero el medicamento aprobado por la FDA, riluzole, ha demostrado modestos beneficios en la ralentización de su progresión. Además, hay varios medicamentos en ensayos clínicos que ofrecen esperanza. Es fundamental destacar que existen terapias y dispositivos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
La adaptación del paciente y su familia a este proceso discapacitante requiere el apoyo profesional de un equipo multidisciplinar (médicos, psicólogos, trabajadores sociales fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, entre otros) que permita afrontar de la mejor manera posible las complicaciones de la enfermedad.
Prevención:
Se sugiere que una dieta rica en ácidos grasos omega-3 podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Para obtener más información sobre la ELA, se alienta a contactar a la ALS Association y consultar con profesionales médicos.
Todos los contenidos compartidos en el blog de salud de la web de OSPEDYC son de producción propia utilizando como fuente al Ministerio de Salud de la Nación Argentina, a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y/o la página UpToDate.