¿Por qué es tan importante amamantar desde el nacimiento del bebé?
Este año el lema de la Semana Mundial de la Lactancia Materna es: “Proteger la Lactancia Materna: Una Responsabilidad Compartida”. A su vez, se centrará en la importancia de evitar la discriminación de las madres lactantes en todos los ámbitos, ofreciendo apoyo familiar y comunitario, además de aplicar políticas equitativas de Igualdad así como programas sociosanitarios basados en la evidencia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, se calcula que, gracias al aumento del 50% en la prevalencia de la lactancia materna exclusiva registrado en las cuatro últimas décadas, 900 millones de bebés en todo el mundo han gozado de la salud, el crecimiento y el desarrollo que aporta la lactancia materna en esa etapa de la vida.
El momento del inicio de la lactancia es determinante. Se recomienda que el recién nacido permanezca en íntimo contacto con su madre (piel con piel), siempre y cuando las condiciones de salud de ambos estén dadas, durante las dos primeras horas de vida, para que tenga oportunidad de estar en contacto con el pecho materno y pueda realizar de forma espontánea una primera toma. Esto se debe a que en las primeras dos horas el recién nacido se encuentra en alerta tranquila o “período sensitivo”, lo cual facilita el reconocimiento temprano del olor materno, factor fundamental para establecer el vínculo y la adaptación al ambiente.
Este primer contacto también tiene otros efectos positivos, ya que permite que los niños se recuperen más rápido del estrés, incorporen a su organismo bacterias que contribuirán a la formación de su sistema inmunológico y normalicen antes la glucemia, el equilibrio ácido-base y la temperatura corporal. Por otro lado, para la madre este contacto inmediato aumentará la duración de la lactancia, ya que con la succión se libera prolactina, una hormona que estimula la producción de leche y favorece el suministro continuo de alimento para el recién nacido.
¿Por qué es tan importante la leche materna?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), si todos los niños de 0 a 23 meses estuvieran amamantados de forma óptima, cada año se podría salvar la vida a más de 820.000 niños menores de 5 años.
La leche materna está llena de inmunoglobulinas que protegen a los bebés contra la neumonía, la diarrea, las infecciones del oído y el asma, entre otras enfermedades. Amamantar inmediatamente después del nacimiento es importante porque el sistema inmunitario de los recién nacidos aún no está del todo maduro. Es por ello que muchas veces se denomina a la lactancia materna como “la primera vacuna”.
Además de ser extremadamente rica en nutrientes y anticuerpos, la leche materna que los recién nacidos consumen durante los primeros días (calostro) actúa como una primera protección contra las enfermedades y presenta un estímulo para la fisiología del tubo digestivo. Con el paso de los días la leche materna le proporcionará todas las vitaminas, minerales, enzimas y anticuerpos que las niñas y los niños necesitan para crecer sanos en los primeros 6 meses de vida. Siendo una parte fundamental de su dieta hasta los 2 años o más, especialmente en los países en desarrollo.
Amamantamiento y COVID-19
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) continúan recomendando durante esta pandemia que se sigan las pautas estándares sobre la alimentación infantil, con la lactancia materna como protagonista central.
Las mujeres con COVID-19 presunto o confirmado, pueden amamantar tomando en cuenta las siguientes pautas:
– Lavarse las manos con frecuencia (agua y jabón, o gel hidroalcohólico) especialmente antes de tocar al lactante.
– Utilizar un barbijo adecuado durante el contacto con el lactante, en especial durante el amamantamiento.
– Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar o toser, desechando el mismo con lavado de manos posterior inmediato.
– Limpiar y desinfectar las superficies en las que se tuvo contacto.
Si la madre con diagnóstico de COVID-19 está demasiado afectada para el amamantamiento, debe recibir apoyo para proporcionar leche materna al niño. Algunas opciones son el uso de sacaleches, o leche materna procedente de donantes.
Los numerosos beneficios de la lactancia materna superan de manera exponencial los riesgos de transmisión y enfermedades asociadas al virus de la COVID-19.
Estas recomendaciones generales no reemplazan el adecuado seguimiento del equipo de salud durante todo el proceso de la enfermedad, por lo que siempre se sugiere consultar a su médico de cabecera cuando las circunstancias lo requieran.
¿Cómo promover la lactancia materna?
La educación antes y después del parto y el apoyo persona a persona resultan fundamentales, no solo para que la lactancia materna se inicie, sino también para que continúe satisfactoriamente. Por ello, durante el embarazo es ideal que los profesionales puedan brindarle a la madre una guía con información completa sobre cómo amamantar y cuidar de su bebé.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF están trabajando para promover políticas que permitan la lactancia materna, como las licencias por maternidad y paternidad para fomentar la igualdad en el cuidado de los hijos.
Además, las madres necesitan tener un entorno laboral propicio que las proteja y apoye para continuar con la lactancia, brindándoles acceso a descansos para amamantar, un espacio seguro, privado e higiénico para extraer y guardar la leche materna , entre otros cuidados.