En Argentina el ACV afecta a una persona cada 4 minutos, aún así un 80% de los accidentes cerebrovasculares pueden prevenirse
En Argentina el ACV afecta a una persona cada cuatro minutos. Más de 18.000 personas mueren al año por esta causa, y es la primera razón de discapacidad y la segunda de muerte. Se estima que se producen entre 40.000 y 60.000 nuevos casos de ACV por año en nuestro país.
Tipos de accidentes cerebrovascular:
Los tres principales subgrupos de accidente cerebrovascular que pueden afectar a las personas:
- Accidente cerebrovascular isquémico
- Hemorragia intracerebral
- Hemorragia subaracnoidea
Los principales síntomas generales deben ser de presunto origen vascular y han de incluir uno o más de los siguientes trastornos definitivos de la función cerebral, de tipo focal o general:
– Deficiencia motora unilateral o bilateral (incluida la falta de coordinación).
– Deficiencia sensitiva unilateral o bilateral.
– Afasia o disfasia (habla no fluida).
– Hemianopsia (deficiencia visual en uno de los hemicampos visuales).
– Desviación conjugada de la mirada.
– Apraxia de aparición aguda (incapacidad para coordinar movimientos).
– Ataxia de inicio agudo (pérdida de coordinación motora).
– Déficit de percepción de presentación aguda
Pueden presentarse otros síntomas (a menudo como resultado de otras enfermedades o anomalías, como deshidratación, insuficiencia cardíaca, infecciones, demencia y desnutrición), pero no son adecuados para el diagnóstico del accidente cerebrovascular. En cambio, los que sí pueden aparecer suelen ser mareo, vértigo, cefalea localizada, visión borrosa en ambos ojos, diplopía, disartria (dificultad para hablar), deterioro de función cognoscitiva (incluida la confusión), afectación de la conciencia, crisis convulsivas, disfagia.
A partir del momento en que el ACV se produce, es fundamental acudir a una guardia médica inmediatamente. Cuanto antes se reconozca y se trate, mayores serán las posibilidades de recuperación.
Un 80% de los accidentes cerebrovasculares pueden prevenirse, ¿cómo hacerlo?
- Conocer la presión arterial.
- Conocer si se padece arritmias (como la fibrilación auricular).
- Conocer si el colesterol es normal.
- Si la persona es diabética, seguir las indicaciones del médico para controlar la diabetes.
- Hacer ejercicio regularmente.
- Dejar de fumar.
- Consumir alimentos bajos en sodio y grasas.
Invitamos a la población a memorizar la regla de las 5 “C”, para identificar posibles síntomas:
– Cabeza: dolor fuerte.
– Cuerpo: debilidad en un lado del cuerpo.
– Confusión: dificultad para entender o expresarse.
– Ceguera: no ver bien o quedarse ciego repentinamente.
– Caminata: dificultad para caminar.
Su prevención implica la difusión de información sobre sus causas y programas de control de los factores de riesgo: hipertensión arterial, diabetes, alcoholismo, tabaquismo y colesterol alto.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
Factores de riesgo modificables: hipertensión arterial, consumo de tabaco, Inactividad física, régimen alimentario (escaso consumo de frutas y verduras), consumo excesivo de alcohol, sobrepeso, diabetes y tabaquismo pasivo.
Factores de riesgo inmodificables: edad, sexo (p. ej., la edad avanzada y el sexo masculino se asocian en muchas poblaciones a un mayor riesgo), antecedentes familiares; genética, alteración en la coagulación sanguínea y trombofilias.
¿Cómo tratar el ACV?
Reconocer los síntomas del ACV (también llamado “stroke”, ataque cerebral o “ictus”) es fundamental para acudir rápidamente a un centro médico y recibir un tratamiento oportuno. Para quienes padecen un ACV isquémico, existe una ventana de 4 horas y media desde el inicio de los síntomas durante la cual pueden recibir un medicamento trombolítico capaz de disolver coágulos. Los pacientes que reciben este tratamiento en tiempo y forma aumentan un 50% sus chances de recuperarse de un ACV isquémico sin padecer secuelas.
Los pacientes con accidente cerebrovascular ingresados en un departamento hospitalario con un equipo especializado en accidentes cerebrovasculares o con un enfoque multidisciplinario tienen mejores desenlaces que los ingresados en departamentos que carecen de dichos equipos o enfoques. Esto se mide en términos de reducción a largo plazo de la mortalidad, dependencia y la institucionalización. La rehabilitación y la movilización temprana de los pacientes con graves déficits neurológicos ayuda a reducir la discapacidad después del accidente cerebrovascular y evita complicaciones.
Medicación
Antihipertensivos: reducción de la tensión arterial y disminución de la aparición de accidentes cerebrovasculares.
Ácido acetilsalicílico (y dipiridamol): prevención de un nuevo accidente cerebrovascular isquémico.
Tratamiento anticoagulante: prevención de la embolia cardíaca en pacientes con fibrilación auricular.
Clopidogrel: prevención de un nuevo accidente cerebrovascular isquémico.
Tratamiento intravenoso con activador del plasminógeno tisular (tPA): disolución de los coágulos de sangre en los pacientes con accidente cerebrovascular isquémico agudo.
En Argentina, 22% de las personas que sufren un ACV son diabéticas, por lo cual el control de esta enfermedad es muy importante a la hora de prevenirlo. El colesterol elevado puede tapar también las arterias que irrigan al cerebro, por lo que es un factor de riesgo para el ACV. El abuso de alcohol, tabaco y drogas ilícitas también pueden conducir a un ataque cerebral. Otros factores de riesgo que se pueden modificar para evitar un ACV son la obesidad y la falta de actividad física.
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